sábado, 16 de julio de 2011

PARAGUAY: MITAD DE LA POBLACIÓN EXPERIMENTÓ VIOLENCIA FAMILIAR


La mitad de la población paraguaya experimentó casos de violencia doméstica e intrafamiliar, según la “Encuesta nacional sobre violencia doméstica e intrafamiliar 2003”, publicada por el Centro de Documentación y Estudios (CDE). El trabajo resalta que la sociedad entera debe prevenir y sancionar estos hechos, no solo las víctimas y sus familias.
El 61% de los niños, niñas y adolescentes reportó haber recibido algún tipo de maltrato, ya sea del padre, la madre o por ambos, según el “Estudio sobre maltrato infantil en el ámbito familiar”, publicado en abril de este año por la organización Base Educativa y Comunitaria de Apoyo (BECA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).


“Los resultados de esta investigación dan cuenta que tanto la violencia física como la verbal o psicológica son formas frecuentes de reracionamiento y disciplina que utilizan las madres y los padres con sus hijos e hijas. Ambas prácticas son consideradas formas de maltrato y están asociadas a diversos factores como la violencia en la pareja, el nivel educativo de ambos padres, el nivel socioeconómico de las familias y las pautas culturales”, menciona el trabajo.

Como dato llamativo, el estudio revela que a pesar de la alta cantidad de encuestados que reportó haber recibido maltratos de sus progenitores, la mayoría de ellos califica de buena o muy buena la relación que tiene con ellos. Además, indica que el 24,3% de los encuestados dice que es normal que los golpeen cuando tienen más de 10 años, y que el 15,5% considera lo mismo cuando tienen menos de esta edad.

“Los niños, niñas y adolescentes que han recibido mayores niveles de violencia son quienes consideran más normal o natural que su madre o padre los golpeen, ya sea cuando son menores o mayores de 10 años. Según estos datos, el tipo de trato que reciben en sus hogares influye en la percepción que los niños, niñas y adolescentes tienen de la violencia recibida. La normalización o naturalización del maltrato es un factor de vulnerabilidad que posibilita la reproducción de la violencia aprendida y mantiene sometidas a las víctimas”, destaca la investigación.

RECOMENDACIONES DEL COMITÉ DE LOS DERECHOS DEL NIÑO DE NACIONES UNIDAS

En sus recomendaciones hechas al país en 2010, celebró las iniciativas llevadas adelante para aumentar la conciencia sobre la violencia doméstica contra los niños y niñas. Sin embargo, manifestó su preocupación por las denuncias de violencia, maltrato y negligencia de las que habrían sido víctimas personas de menos de 18 años, y la falta de estudios sobre su incidencia, las medidas eficaces para luchar contra el problema, especialmente en el seno de la familia, y la reparación efectiva para las víctimas.

ESTUDIO “Violencia en América Latina y el Caribe: un marco para la acción”,(BID)

se calcula que en América Latina y el Caribe seis millones de niños y niñas sufren abuso grave, incluido el abandono, y que 80.000 niños y niñas mueren cada año a causa de abuso por parte de sus progenitores.

“La violencia doméstica e intrafamiliar constituye un problema reconocido como tal por la mayor parte de la población paraguaya. Se la considera grave y frecuente, una alta proporción conoce casos y la mitad de la población total afirma haber tenido experiencias directas en sus propias casas o familias. No obstante, todavía no existe una amplia y mayoritaria admisión de que se trata de un problema de carácter social, que como tal debe ser enfrentado no solamente por las víctimas, las familias y hogares que la sufren, sino por la sociedad en conjunto, que es la que debe arbitrar los medios de prevención y de sanción ante hechos de violencia, así como de apoyo a las personas y grupos familiares afectados”, menciona la publicación.

El material explica que las mujeres, los niños y las niñas son las principales víctimas de la violencia doméstica e intrafamiliar, aunque también afecta a hombres, principalmente jóvenes. Apunta que si bien las personas declaran que la denuncia y la búsqueda de ayuda externa son deseables y necesarias, la experiencia indica que es el camino menos recurrido por las víctimas y los hogares que han pasado por situaciones de violencia. “Es posible que esto tenga que ver con la falta de información precisa con respecto a las protecciones que existen en el plano legal para la defensa y la sanción de estos hechos, así como a la escasa difusión sobre las obligaciones que diversas instituciones del Estado paraguayo tienen para dar respuestas de protección ante hechos de violencia doméstica e intrafamiliar”, subraya.

El estudio recalca la necesidad de que se destinen recursos para difundir las herramientas legales existentes en el país y ampliar las respuestas institucionales de apoyo a las víctimas, de modo que el silencio vigente se transforme en acciones efectivas de denuncia y de protección contra la violencia doméstica e intrafamiliar.

Definiciones

El trabajo define a la violencia como el uso de la fuerza física, incluyendo acciones como agresiones verbales, intimidación, restricciones a la libertad o privación de medios para la subsistencia y el desarrollo personal. Además, resalta que en el ejercicio de la violencia está siempre presente una relación de poder o una lucha por él.

Durante mucho tiempo la violencia en el ámbito del hogar y de la familia fue considerada un asunto privado, por lo que no cabía ninguna intervención o actuación por parte del Estado, y el resto de la sociedad no debía inmiscuirse en estos temas, relata la publicación. Según el estudio, esto cambió, convirtiéndose el asunto en un problema público, cuando las mujeres organizadas comenzaron a decir que lo privado también es público, por lo cual, cuando se trata de violencia, el Estado está obligado a proteger a quienes la sufren, sin que la privacidad sea un impedimento para ello.


FUENTE:VIVA.90.1 FM PARAGUAY

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